Sobre Madre Nativa
Somos una organización integrada por mujeres en la ciudad de Arica, Chile. Trabajamos en torno a los derechos sexuales reproductivos y no reproductivos.
Creemos que estos procesos deben ser acompañados y respetados, en libertad de decisión, coherente con las formas de ver la vida, respeto por la vida privada y por las diversas formas de conformar una familia. En este sentido nuestros derechos deben ser garantizados y no solo recomendados.
En principio, Madre Nativa nos invita a indagar en nuestro linaje para preguntarnos, ¿desde dónde viene el ser madres? ¿Cuántas formas de serlo existen?
Ser madre es un viaje personal y colectivo hacia el origen, es un proceso de autoconocimiento para volver a la matriz, redescubriendo herencias y saberes propios de nuestro linaje. Ser madre no solo significa llegar a serlo, desde un punto de vista biológico, también consideramos aquellos caminos en alteridad que viven la maternidad de maneras simbólicas.
Nos referimos a la decisión personal de quienes elijen encarnar un hijx, convirtiendo su propio cuerpo en sustento; como también a la decisión de no serlo, porque ese camino también entraña conocimiento femenino.

SALUD SEXUAL
Reproductiva y no reproductiva
Lo sexual es reproductivo y lo reproductivo es sexual. Concepto acunado desde la experiencia de la colectiva en sus inicios, queriendo aunar términos y conceptos actualizados sobre el parto y el nacimiento, las entonces integrantes realizaron talleres de autoformación, antropóloga, matrona, psicóloga, kinesiólogas realizaron talleres de autoformación que dieron así también la base de nuestra experiencia en talleres.
Derechos Sexuales
Derechos de las personas a acceder y obtener información, servicios y apoyo necesarios para tener una vida sana, libre y plena en el ámbito de la salud reproductiva y sexual, sin discriminación de edad, género, raza, identidad sexual, estado civil, condición socio-económica, etc. Todas las personas tienen el derecho de ejercer o no la sexualidad y vivirla en forma segura, sin riesgo de infecciones de transmisión sexual y en forma independiente de la reproducción.

Justicia Reprotuctiva

El derecho a autogestionar la salud es:
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Centrar la mirada en la experiencia individual, biográfica y territorial de las personas y sus vidas, fortaleciendo el bienestar y la salud.
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Reflexionar en torno a la determinación de la salud, donde la salud no es solo enfermedad, porque eso sólo es la punta del iceberg, sino que observa y comprende los problemas que nos mantienen malsanos.
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Entender que la salud no se encuentra sólo en los servicios de salud, también en la vivienda, la escuela, los medios de comunicación, la calidad y el acceso al agua y la alimentación, un entorno sin contaminantes.
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Devolver la soberanía sanitaria y recuperar el conocimiento médico de los pueblos originarios, feministas y populares.
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Educar en la autoexploración y reconocimiento de nuestra biología, cuerpos, salud, como un territorio de identidad y conocimiento propio, sin prejuicios, tabúes ni discriminación.
Autogestión en Salud
En Madre Nativa, hemos desarrollado un ciclo de talleres donde evocamos el autodescubrimiento del cuerpo, las emociones, el movimiento, la vida, mediante la autoexploración individual y colectiva. Buscamos posicionarnos de manera horizontal a la medicina y autogestionar nuestra salud, como una herramienta propia de conocimiento, donde la medicina es la consultada y nosotras sujetas activas de nuestra salud. Desde ahí se desprende el derecho y la facultad de exigir mis derechos, porque sé lo que necesito y valido mi conocimiento.
En este sentido el derecho no es una garantía, tampoco lo son la “carta magna” o “ley madre”. No obstante, si la gestación de esta constitución esta siendo reflexionada desde una madre indómita y colectiva, entonces nos dará las directrices concretas para que nosotras podamos autogestionar nuestra salud y exigir nuestros derechos.


Cuerpo como Territorio
Cuando nos pensamos indómitas y colectivas, nuestra salud es un territorio activista que debe ser conquistado y recuperado. Por mucho tiempo la biomedicina ha expropiado nuestros saberes y se ha enfocado en enfrentar las enfermedades homologando las experiencias individuales y colectivas a partir de normas técnicas o procedimientos estándar para controlar y prevenir las enfermedades. Pero la salud, nuestra salud, es transversal a la enfermedad, la salud atraviesa nuestras vidas y los territorios donde hemos experimentado nuestras vidas.
Interseccionalidad
Aunque la violencia gineco-obstétrica es un tipo de violencia de género en espacios de atención biomédica, es preciso comprender el problema desde la interseccionalidad que atraviesa nuestras vidas y nuestra salud. En este sentido, no sólo considera el derecho a la salud, sino también el derecho al agua, la alimentación, el saneamiento, el trabajo, la vivienda, el derecho a vivir la propia cultura, educación, información, a vivir en un ambiente libre de contaminación, sin discriminación. Es un problema que involucra la desprotección de nuestra salud durante toda la vida y en todos los aspectos de ella.

